Una tarde gris, lluviosa,
la soledad y el silencio
y, mientras pasa el tiempo, pienso:
¿Por qué no estoy junto a tí
cuando más te necesito?
Si es tu corazón bendito
lo que más me importa a mí.
Una noche solitaria
y un cielo gris y nublado,
me encuentro incomunicado
y sin poderte decir
que quiero estar a tu lado
pues eres tú, cielo amado,
mi razón para existir.
Unos meses más de ausencia
que acaban con mi paciencia
y me tienen desesperado;
estoy tan enamorado
que al cielo pido clemencia,
para estar en tu presencia,
¡dulce ángel idolatrado!-
Eduardo Ritter Bonilla.
Domingo 30 de Agosto del 2009.