Dejadme dormir tranquilo

Dejadme dormir tranquilo,
no veis que estoy durmiendo.
No veis que estoy descansando
después del día que he tenido.
Sabeis que yo estoy dentro
de todos vuestros pensamientos.
Sabeis que desde arriba vigilo
y un dia estaremos juntos.
Yo fui la fuerza del viento.
Yo fui molino imparable.
Yo derroté a la Parca, con creces.
Yo mejoré las marcas pedestres.
Yo saque primero la billetera.
Yo regalé mi alegría.
Yo nunca tuve reproches
ni dije lo que no sentía.
Yo anduve por caminos polvorientos
y evité caminos reales.
Tuve los mejores amigos.
Derroté los peores delincuentes.
Sembré mi mejor simiente
y en mis manos florecieron
vástagos que hoy son gente
que tienen de mí, el ejemplo.
Hable siempre para alabar
incluso a los que no saben apreciar.
Estos que hablan de suerte
y sentencian sin pensar.
Yo estuve en la Guerra fea,
la de padres contra hermanos.
Y supe salir con porfía.
Viendo la sangre como corría.
Yo trabajé en Notarias.
Yo trabajé en pollerias.
Yo trabajé en los cines.
Yo trabajé en los campos de Andalucía.
Y nos fuimos de Madrid
saldando las pertenencias.
Salimos una noche triste
sin nadie que despedía.
Saqué adelante una casa.
Saqué adelante una idea:
de defender a mi gente,
sin hacer daño a una mosca.
Yo empecé de nuevo en ventas
las veces que hicieron falta.
Trabajé hasta los setenta
y no paré hasta que tuve piernas.
Y estoy tan contento de todo
que repetiría lo dicho
una mañana de mayo:
Angelines ¿Te quieres casar conmigo?
Dejarme dormir tranquilo:
Sabeis que estoy con vosotros.
Sentiros contentos conmigo
lo mismo que yo lo he sido,
pues sois lo que mas he querido.