En la cadencia de noctámbulos murmullos,
la noche expresa su canción embriagadora,
hay una mezcla envolvente en los susurros,
y un viento tibio, pletórico de aromas.
Pasan incontenibles y volátiles las horas,
el reloj va supliendo campanadas,
queda un vibrante y sonoro canto abierto
en la penumbra que furtivamente avanza.
Envuelta en el conjunto del entorno,
mi conciencia va quedando adormilada,
poco a poco me invade la inconsciencia,
soñando en el albor de otra mañana,
que me sumerja en el mar de tu mirada. ALMAVIVA