DEJAME

Déjame, ¡pero no me dejes!; déjame entrar en tu mundo, palpar tus latidos, sentir tus deseos. Déjame aunque mueras al decirlo, no me reproches, solo déjame verte en las noches.

Déjame pasear por tu sonrisa, disfrutar de tu mirada.                                                   Engáñame con tu pensamiento, recuérdame cada instante;                                          déjame engañarte pensando en ti.

Déjame en la noche sobre la almohada, ¡pero no te vayas!, recuéstate a mi lado;    déjame hablarte al oido con tenues palabras.

No sientas dejarme, solo abre el corazón como lo haces al mirarme;                     déjame, pero no me dejes.