Amar sin medida,
abiertas de par en par
las puertas del corazón,
con el alma entre las nubes
de la más dulce ilusión;
amarte sin condición,
con el alma de rodillas
ante tus mil maravillas,
motivo de ensoñación.
Amarte de aquí hasta el cielo,
llenar tu vida de flores
de los más bellos colores,
en cumplimiento a tu anhelo.
Llenar tu senda de amor
y alfombrarla con mis besos
y mil muestras de ternura;
que no hay mayor hermosura
que tu belleza interior.
Amar más allá de toda
medida de precaución,
entregarte el alma entera
en este amor de primavera
en plena germinación.
Que no quede duda alguna
de que de verdad te quiero,
es mi amor puro y sincero
porque, como tú, ¡ninguna!-
Eduardo Ritter Bonilla.