Pasé por la vida muchas noches solitarias,
alumbrada por dos velas aprendices de sol,
que bajo sus luces recreé algunas historias,
también sabe de ellas, mi compañero farol.
No fabrico sentimiento, ni tampoco el amor,
a sucesos escribo, hace tiempo están hechos,
son recuerdos que llevo presente con honor,
en el latido del corazón fulgura en mi pecho.
Dejo pasar tormenta y, me entrego a la brisa
acariciar mis pelos y va convirtiendo en canas,
al peinarlos con cuidado, ahora me causa risa,
ya no tengo tantas prisa, pero sigo con ganas.
Yo también fui aprendiz fabricando mi destino,
trapace vallas dificultosas y otra con holgura.
Agradezco a los amigos, también al Ser Divino.
Mi forma de amar, en el mar de la vida fulgura.
Autor: Alcibíades Noceda Medina