Vi con tristeza la caída del sol,
Y al ocultarse supe el día terminado,
Uno más que Dios me entregó,
Para continuar en mi senda caminando,
La noche y su silencio,
Permitió escuchar nítidos cantos,
De cigarras y grillos…
Y a lo lejos creí estar escuchando,
Tú voz lánguida en el olvido,
¿Quién diría que ayer te fuiste?
Y no tomaste mi mano en tú partida,
Me dejaste sentado esperando,
Tú retorno triste que es mentira,
Sé que al llegar el alba,
Me encontrará como cuando el sol caía,
¿Pero con qué fuerzas seguir la vida?
Si tú te fuiste…
Ya no sé que día.