Era la precisa hora de terminar
con la invasión de convenciones y rutina.
Fugaba entre las marionetas de siempre,que
ocupaban todos los espacios.
Subi sin pensarlo en un taxi y solo indique
distancia.
Una frenada brusca, un destello de luz y
de pronto, el driver rompió mi mirada.
Turbado, mire hacia sus muslos poderosos,
atrapados en un gastado jean, asombrandome
la prominencia en la intersección de sus piernas.
Con una mano manejaba y con la otra tomó la mia,
y la llevó a ella, su esencia de eros.
Sonrisas cómplices y una vibración no mensurable
en mi interior.
Vellos rubios se agitaban por el viento entre las
planificadas ajaduras de su jean y eso bastaba
para desatar el extasis.
Y claro que mi mano percibia con asombro las
variables de tamaño y forma de ese manantial
de placer, que parecia a punto de estallar.
De pronto, otra frenada brusca. Nuevo destello
y el conductor preguntandome por la dirección.
Con mis manos sudorosas, alcanze a bajar el
espejo del movil, y ver mi rostro enrojecido
y transpirado.
Pague, me baje del auto y otra vez mis circuitos
se conectaron con la realidad, que excluia
siempre, aunque solo sean momentos, divagues
de placer.
Olé ! te concedo la máxima puntuación y aplauso.. ese aplauso que tarda en desaparecer cuando otros ya se han dado por vencidos. " en el día del orgullo " internacional y colectivo: Lambda