Demos principio al Amor

¿Qué es este extraño camino
que hoy comienzo contigo
sin vislumbrar sus fronteras
entre el humo del mañana?
Tan sólo una luz en lo alto
y un largo sendero hacia el frente,
rodeado por un mar de estrellas
en la negrura silente.
Tu piel aquí, de testigo,
la extrañeza en mi semblante,
preguntas en tu mirada
y una atmósfera expectante.
¿Qué espero yo junto a ti?
¿Qué puede darme el futuro?
¿Qué tengo para ofrecerte,
salvo un rincón semi-obscuro?
¿Acaso cambie la suerte,
ahora que estamos juntos?
Quiero aprender los renglones
de la vida en tus pestañas,
leer el azul del cielo
en los reflejos de tu pelo;
descubrir bellas y extrañas
imágenes en tu voz.
Quiero, besando tu cuello,
inmortalizar mis ansias
de amor, de dicha y de paz;
construir un nuevo poema
en cada pliegue de tu falda
y cantar un himno de gozo
a tu lado, cada mañana.
Quiero ser yo tu respuesta,
quiero que tú seas mi almohada,
y fundir nuestros dos sueños,
nuestra mente enamorada,
en un tálamo en que el fuego,
como una mística fragua,
nos haga por siempre dueños
de esa luz privilegiada.
Quiero llegar hasta el centro
de tu mismo pensamiento,
adentrarme en tu mirada,
beber tan sólo tu aliento
y darte todo el sentimiento
que, desde siglos, te aguarda.
¡Demos principio al Amor!
sin dudas, sin desconfianzas;
estamos al fin los dos
con la bendición de Dios,
¡tú eres todo lo que importa
a mi conciencia, prenda amada!-
Eduardo Ritter Bonilla.