DESAFIO

Nada temo. Y voy a buscarte...
pues nada tengo que perder
ya que no te tenía... ni te tengo
y no te tendré si yo contengo
la hoguera que encendiste
con el solo poder de tu mirada.
Y es tan fuerte el impulso
que yo siento, que hasta siento
que puedo desafiarte
a un duelo de amor y de palabras.
¿Te animas a decir sin engañarte
para no perder esa quietud medrosa,
que no preferirías tomar todo mi fuego
que sabes que no quema y sumergirte
en mi salino mar, amoroso, que no ahoga
y que siendo infinito, será eterno?
Dime tú mi amor, si es que te animas
a jurar por tu Dios y lo que amas,
poniendo una mano en tu pecho
y la otra en mi mano que has tomado... ¡que no me amas!