.Tántalo en fugitiva fuente de oro Quevedo
A veces, cuando escribimos,
desnudamos el alma;
la mostramos tal cual,
con reflejos de aire.
Pero, otras veces, el reflejo del mar
se hace vestido y las olas volantes.
El alma tiene matices
de quiméricas intuiciones,
unas nos hacen felices,
otras nos dan traiciones
y andan junto a nosotros
acoplando nuestras razones.
¡RAZONES,….
¡Que me expliquen las razones de la mar.
Que me expliquen las razones de la tierra al girar.
Que me expliquen las razones de la lluvia
o del sol que nos calienta y nos quema.
De la luna en su etapa luna llena.
Que me expliquen lo que no es de explicar.
Que me expliquen, por favor, que me expliquen!