El sendero de la vida me trajo a un lugar hostíl, donde la sombra se plasma en mi alma y el amanecer pliega las alas de las mariposas que albergan en mi estómago.
¿será amor? le pregunto constantemente a la noche,
aun sabiendo la verdad, cuestiono mis sentimientos.
La sombra hace senderos en mi, el odio va abriéndose paso através de mis recuerdos y de aquellas crueles y dolorosas lagrimas que derrame cuando era poeta, cuando era simplemente yo.
Estaba enamorado de lo que parecía real, me cobijaba entre la esperanza, entre los sueños, vivia de ese amor de ella, de ambas, simplemente vivia, era feliz en aquel momento.
La realidad suele doler mas de lo que uno espera.
Si existiese alguien que amáre como yo, lo enviaría a tu camino, para que aquella paz que en algún momento te generé, vuelva a tu corazón.
Tal vez me precipite al desear la muerte, tal vez esa idea aun ronde en mi mente.
Que mezquino sería con todo aquello que he hecho.
El amor que habia en mi quedo con ellas, mi alma esta abrasando a la muerte, suplicandole que se apiade y la cubra con su manto negro.
El odio crece, la soledad crece, mientras poco a poco voy muriendo, lenta y dolorosamente.
Siento el cuerpo rendido, agotado, pienso al despertar, tanto como al dormir, ¿cuando mis ojos dejaran de ver el sol? mis sueños me torturan, sueño con ellas, mi corazón solo late con fuerza cuando las recuerdo, luego en la paz del silencio sus latidos cesan, llegando al orde de la muerte, pero ella tampoco me quiere a su lado.
Estoy solo en un mundo al cual jamás podre adaptarme, porque jamás me aceptaran por lo que soy.