Te amo...

Pretendo disimular la tristeza
que embarga mi alma,
porque no te tengo.
Pero tu mirada aguda
la descubre aunque si confunda
su real procedencia:
Te amo.
Mi mundo se ve envuelto en mariposas
cuando mi aliento rozas
con tu olor a lirios,
a pureza,
a divino.
Encuentro la paz anhelada,
la dulzura soñada,
cuando te siento cerca,
no te muevas.
Quédate ahí,
un paso adelante
para deleitarme en ti.
La alegría lisonjera
que irrumpe en mi cuerpo transparente
se vuelve de repente
una gran dolencia:
en breve te iras
y tras tus pasos
la vida se me va.
Doy un beso en tu mejilla
para irme haciendo a la idea
de la despedida.
Pero no es lo que quiero.
Quiero seguir allí.
Cerca.
Cerca junto a ti.
¿Como eternizar el momento?
Quisiera ser dios
y congelar el tiempo.
Que te quedes sin estar.
Sin que sepas.
Y yo pueda apreciarte tan de cerca.
Lentamente.
Detalladamente.
Ver tus ojos.
Sin que me veas.
Disfrutar tu sonrisa.
Sin que lo sientas.
Cerca.
Darte un beso en la frente.
Acariciar tus cabellos
sin que seas conciente.