Estado tantos años, en esta Mansión sin alma.
Y He limpiado la muchedumbre de cada rincón.
Pero mi amo jamás me ha mirado, a los ojos.
He dejado sus mantas limpias, con la fragancia
Más dulce de lo casto, y al parecer no lo ha percibido.
Mi espalda, cansada se a quedado inerte
Por cumplir la nitidez de sus órdenes. Pero Jamás me ha dicho gracias.
Me he preguntado que si sus ojos
Están vendados, o que si su boca esta sellada.
Porque sin adulación propia se que he
Dado todo lo esencial de mis esfuerzos.
Pero siempre esta su espalda, ignorando mis
Hechos.
¿Porque será? Que la gratitud no esta en su corazón
Será que jamás ha sentido la nitidez de
Sentirse amado.
Será que las riquezas que le rodean no le dejan
Ver lo magno de la sutileza del alma.
He pensado que es la prepotencia de los tesoros
Que se han adueñado de su ser.
Pues no concibo, pensar que un ser
Sea tan vació, sin gratitud,
Más hoy aquí en la lejanía de su mirada
Deseo que la virtud de la humildad un día llegue a su alma
Y que le de ese don de ver lo esencial
De cada ser.
¡Visítalo Virtud del cielo visítalo!
23-08-2009