Dios nuestro aya en los cielos baja por un momento a mi barrio, contempla ese muchacho anónimo tirado en la calle a oscuras, muerto,desangrado, nunca tuvo un padre en la tierra, simplemente murio en una calle asesinado,inhalando coca, él también se revelo una vez contra la soledad, sí, estaba siempre solo, nunca nadie le hablo sobre tu santidad, y tu no bajas de los cielos esta noche de muerte a proveerle de la bendición ausente, ese hombre padre fue creado por ti, en el caliz de tu carne y sangre, ese muchacho padre mío tuvo derecho a soñar y no soño, tal vez quiso ser actor de cine, poeta, pintor,o tener hijos, ese muchacho huerfano del mundo tuvo derecho a ser tu semejanza, un derecho perdido ante la unión de naciones, el nació con todos los sueños muertos desde el vientre pobre de una mujer, bajo el techo humilde de un rancho en el barrio triste de la patria, patria con hambre, patria con frio, el no se suicido a pesar de los gusanos en el basurero en una sombría esquina, no, este hombre padre amado por el hombre nunca pudo decir de rodillas: Padre nuestro que estas en los cielos.