El verbo se mantiene
escondido en los labios
reposando minutos,
atesorando ideas
que germinan en fruto,
este verbo pausado
se convierte en enigma
descifrado por sabios,
es insulto al inepto,
respuesta al arrogante,
castigo al descarado,
palabras en el aire
que no se han pronunciado,
y este silencio hiriente
no otorga al despistado
ni rinde pleitesía
a la palabrería
del verbo equivocado,
el verbo se mantiene
escondido en los labios,
reposando minutos
que la boca retiene
y el alma le ha prestado,
y allí,como olvidado,
defiende cada idea
que el tiempo ha madurado.