Desde Las Grutas

Cuando en el horizonte se funden

el celeste del cielo y el celeste del mar.

Besan tus costas las mansas aguas

que en pequeñas olas logran llegar.

Te bautizó la tenacidad de las mareas

que pacientemente vienen y se van.

Dejando en tu vientre enormes bocas

que sus mudas sonrisas te han a dar.

Suple con creces tu eterna pérdida

la gran belleza de tus rocas sin par.

Con matices que el pincel del tiempo

generosamente te ha sabido dar.

Contemplando tu zigzagueante perfil

de acantilados y grutas desolados.

Imagino el calor y a los paseantes

y esa paz y silencio perturbados.

Ya son reconocidas tus cálidas aguas

tus brisas templadas y playas sin final.

Perdiste ya por siempre la inocencia

donde nadie puede hollar lo virginal.