Tan frágil ya el amor, tan largo el tiempo.
Tan fria la noche y tan grande la distancia.
Tan cruel la soledad gimiendo el viento,
congelando, si queda, mi poco de esperanza.
Tanto tiempo deseando una gota de tu lluvia,
mirando ansioso el cielo, con los labios abiertos.
Tantos sueños perdidos que deje que se fueran,
y el vergel que era mio, se convirtió en desierto.
¿ Porque no parti a tiempo, al ver que no llegabas ?
Debi entender que nunca fuiste ni un poco mia.
Que las pocas caricias que de ti recibia,
solo fueron limosnas que a un mendigo le dabas.
Y hoy haciendo un recuento buscaba en el pasado,
los momentos felices que dieras a mi vida.
Me encontré con que nunca estuviste a mi lado,
y que no prometiste jamás que asi sería.
Que me enamoré a solas, que confundí tu trato,
quise abrazarme a un sueño que volaba muy alto.
Y en este triste juicio me volví juez y parte,
fui fiscal y abogado en mi afán de adorarte.
A veces te acusaba de mi eterna tristeza,
y otras tantas buscaba como justificarte.
En fin que cierro el caso, por asi convenirme,
Ya no aportaré pruebas ni a tu favor ni en contra.
Acepté al fin que tu ya nada has de decirme,
y que a tu indiferencia ni siquiera le importa.
Trataré de encontrarme algun nuevo motivo,
y seguir adelante, porque la vida es corta.