Lobo de noche perro de día

Del poder a la calma, el sosiego.
Del furor colectivo que todo lo arrasa
a la doma de un cuerpo que arrastra
rebelión de neuronas en celo.
De la noche de ronda al hastío.
Fulgurante revuelo intestinal
de vapores de lava un recital
sopesando valores ando perdío.
Lobo estepario, rey de la noche,
galán solitario que no reconoce,
capitán o lacayo grita a voces
o aulla y no sabe que tu no le oyes.
Lobo vencido arrastra una pata
si el día asoma con su aplomo
la luz difusa que maltrata
animal herido con balas de plomo.
Cien cucharadas no bastan
de mágicas pócimas,
brebajes o insanas purgas
para aliviar este mantra.
Llevo mil grillos que cantan
al unísono, creando trifulcas.
Dos copas mas y una daga
traspasa la garganta, amarga.
El insulso momento pactado
de una digna retirada.
Hoy, nadie ha llamado
por llegar a tu cama.