Dios existe y eternamente lo creo,
el ejemplo lo tengo cuando te veo,
con esa piel como noche oscura,
y esos ojos de inocente locura.
Existe por las caídas en tus caderas,
por las piernas con que me desesperas,
existe por la armoniosa caída de tu cabello,
y por toda la complexión de ese cuerpo bello.
Dios existe y eternamente lo creo,
con lo que cada vez vuelvo y veo,
una piel delicada como una nube,
y esos ojos semejantes al querube.
Existe por la firmeza de tu personalidad,
por esos labios de pura suavidad,
existe por la forma en que caminas,
por los movimientos con que tú me asesinas.
Dios existe porque me ama demasiado,
y porque a la mujer Ä–l ha creado,
existe por regalarme la maravillosa visión,
con la cual percibo de la vida la bendición.
EFRAIN TRINIDAD RODRIGUEZ
Morovis, Puerto Rico
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