DESENFRENO

En la noche iniciamos la degustación del vino,

el reloj de cuerdas desordenado, el teléfono suspendido

y al pie de la mesa dos copas Prístinas de racimos.

Imaginamos una luz rosada y al mirarnos

como flamencos rosas  en un lago carmesí.

En esta noche de fijas estrellas a la luna se le fue la mano.

No quedó un lugar que no me asombraran tus morenos prados,

no dejaste en mí una región inexplorada.

Cuanto delirio de ternura derrocharon las manos,

entramos en el cielo antes de morir sin anunciarnos.

Sigue al llar del leño ardorosa noche febril.

loco requiebro con el armiño de tu piel me vestí de llamas.

Dilapidamos los pelos de oro bajo estrellas doradas.

Besos y labios, dispendio de amor en la noche femenina y viril.

En una larga cola de una nova flotaban tus alas

sentí tu costado vestal, esta noche cósmica nos demanda

festejar, cantares de lluvia en la fortuna de una arpa,

bajo el rayo trepidante, el dulce amor brilla como marfil

oteamos la sana campiña y el sol que lento asoma,

antes que se nos escapen tajamares de estrellas con su manta

de briza, que sea el perfume a claveles lo que en mi gira en torno a tu eje,

y al caer el viento sobre la luz del alma, reconfortaré tu boca

de confites, con gestos de fruta, y sed de sangre se posen en tus labios. 

y, por último, acostados pacíficamente en su larga cama estampada 

en rojo con frescos diseños de flores, mi cabeza y vientre abajo, cabeza a dos lados 

bañados por opaca luz y todo la luz del firmamento sea lumbre tibie de farola

y la noche exánime se apoye sobre las casas

estaremos unidos, lindantes los cuerpos en la cama,

abrazándonos como hiedras, que transiten otra noche fervorosa

y transcurra el día su agitados devenir, en este cándido ambiente de palomas

la forma bella cruzara gallarda, en otra noche de desvelo y la próxima cita será un violín.