Nulo

Nada,
sigo con mis cosas,
mi amor,
mi odio,
mis resacas,
mis errores,
sigo con este desastre,
como vosotros
sigo muriendo desde que nací.
¿Qué puedo hacer sino?
La calma no dura mucho,
una habitación vacía y desordenada
puede ser un pequeño infierno,
el silencio roto por una televisión
es el peor sonido en días como este,
no hay carcajadas,
no hay ojos en los que reflejarme,
la soledad debora mis intestinos,
los que me acompañan no me entienden,
tú tampoco lo harás si lees esto.
No sé si es cuestión de suerte,
la felicidad existe
¿No?
Buscarla es tiempo perdido,
para qué,
qué más da,
vivir o morir,
qué más da,
positivo o negativo,
¡¡qué más da!!
Me aconsejan,
me dicen lo que debería hacer,
me juzgan,
yo juzgo,
no somos tan diferentes,
llegamos y nos vamos,
ni una infima huella dejamos,
tal vez alguna foto
que el tiempo se encargará de pudrir,
como todo,
como esa manzana que cae del árbol,
como esa rata que muere en la alcantarilla,
como esos besos que se apagaron,
o esa bombilla que se funde,
nos desvanecemos,
no somos nada,
aunque nuestro ego nos haga sentirnos dioses.
No se me da bien hacer bien las cosas,
escribir tampoco,
desconozco mis virtudes,
y cada día me encuentro un nuevo defecto,
soy un boleto de lotería no premiado,
soy una pila gastada,
soy una palabra sin lector,
soy un grito enmudecido. . .
mi importancia es nula. . .