"Mañana es nunca", decía el abuelo,
refrán que ilustra sencilla verdad;
experiencia vivida, cruel desvelo
y una vida en el tiempo, plena edad.
Luces y sombras cubrieron su cielo,
triunfos y gloria la noble heredad.
La vida encamina al viable sendero
que ansioso un día se supo elegir,
luz en la existencia, en el porvenir
y un cariño a la vida, lo primero.
Ante el anciano, me quito el sombrero,
pues su experiencia admite concebir:
lo que tengas qué hacer hoy, concluir;
mañana es otro día, refranero.
Martín Fuentes Castillo.