Desde un punto, inverosímil y aturdido
me despido en cuclillas y deseando
que mis pasos por la vida sean poco olvido
algunos jazmines y reirte evocando,
quizás esta tarde, sin que demasiado pueda
entregarte mi humilde y claro testamento
dirás unas palabras, y cual requiem suceda
que a esas frases...se las lleven tus vientos,
y hasta pienses que dejarte, en estas soledades
fue el egoísmo de pelearle a nuestra vida,
equivocada estás, las prontas ambiguedades
están marcadas por la fuerza de la embestida,
me despido, con la variedad de mis ideales
con la prosapia a cuestas y el anhelo,
de encontrarte algún día en aquellos sitiales
en lo barrios del amante, que anida nuestros cielos.