§ el violinista §

En el mismo rincón donde me sentaba siempre a meditar,
escuchaba desde allí aquel hermoso violín.
Su música me hechizaba y me llevaba a sentir mil emociones.
No lo pude resistir y seguí aquel hermoso sonido.
Hasta que apareció aquel chico
de ojos hermosos, verdes, soñadores,
envuelto en la magia de su música...
Supe envidiar aquel violín cuando apreciaba
en la forma febril y la pasión con la que èl lo acariciaba.
Con su majestuoso toque hacía brotar de èl hermosas melodías.
Y yo me quedè extasiada, ya no escuchaba más nada
que no fuese ese sonido hermoso que brotaba de aquel violín.
Cuánto sentimiento!, cuánta emoción!...
Me preguntaba cómo es posible expresar emociones semejantes.
Quise ser violín, nota musical, quise ser su Amante!...
Todos los días a la misma hora era la cita,
mi cita con aquel majestuoso e irresistible violinista.
Mas me sentía frustrada, nunca me miraba, nunca sonreía,
solo tocaba y tocaba su violín como si de eso dependiera su vida...
Hasta esa tarde en que me atreví a acercarme,
pero mi violinista no acababa de notarme.
Y aquella dulce señora que se sentó a mi lado me miró.
-Te emociona tambièn?, me dijo sonriente.-
-Me fascina señora!, pero nunca me mira-.
-Es que, mi niña, mi nieto es invidente!,
pero sí te presiente, me lo ha dicho,
por eso estoy aquí querida, porque èl quería saber quièn es la que suspira
y le envía sentimientos en la brisa.
Y aunque no puede verte èl presiente tu sonrisa...
-Así fuè como supe al fín quien era mi violinista.
Y así comenzè a amarlo y así nos hizimos novios.
Y fuí Yo su pasión...Y El fuè la mía.
Y fuí su guía y èl fuè mi compañía, pero pensaba que no le amaba o que no debía.
Y fuè aquel fatídico día, me abandonó, no hubo palabras,
solo una triste melodía y un triste adiós...
Al tiempo supe que se fuè lejos, pues su abuelita murió.
Y aquel Amigo querido me confesó...-El te quería,
èl sí te amó,
mas tristemente pensó que no sería justo atarte a èl...
Un día me dijo que eras alegre y merecías algo mejor
que esta tristeza que èl te brindaba-...
-Y cual tristeza?-, preguntè yo.- Si èl fuè mi alegría, mi bendición,
el fuè mi todo, fuè mi pasión-,
mas nunca mi violinista lo comprendió.
No era su vista lo que buscaba,
era su música y su pasión...Era su Amor, solo su Amor!...
(Nunca entendí porquè se fuè y mi alegría se la llevó...)