No sé qué me pasó,
el miedo se apoderó de mí
y me cegó.
Creí ver lo que no era,
mil cosas imaginé
en esta amarga espera.
Pensé que te había perdido,
que no había sido difícil
de tu vida haber salido.
Imaginé que estarías mejor,
sin mí, sin esta pobre niña,
que anhelaba tu calor.
Ya era la desconocida,
aquella que una vez
estuvo en tu vida.
Temía añorarte,
me aterraba pensarte,
me mataba extrañarte.
La espera me obnubiló,
ya presentía lo peor,
que todo terminó.
Y, sin saber cómo,
apareciste
y me sonreíste…
y yo sólo pude llorar.