Despojos

Si no pude llamarte amor qué nombre habrás tenido,

una frágil quimera quebrada por el viento,

por esa distancia que fue nuestra enemiga,

por ese destino que no quiso encontrarnos.


Si tuviste un nombre fue locura,

para poder amarte entre versos y desvaríos,

entre un sueño etéreo y cristales de realidad;

para soñarte también me fuiste prohibido;


Y el tiempo… siempre el tiempo…

va tejiendo su telaraña de olvidos,

pasaron tan veloces, tan de prisa las horas

cuando quise detenerte un año, una semana, un día…


Hace un mes que te fuiste de mi vida…

ya de tus pensamientos soy un despojo,

una hoja que se llevó la brisa de tus ojos,

y me pregunto a cada instante como estará el almendro

de ese huerto donde te hacía mío.


A no recordarte me obligo, a desecharte cada vez más,

a arrancarte de mi alma otro poco

hasta que de ti no queden ni las cenizas

de este sentir que arrojé al fuego contigo y mi desdicha.


Imposible… me insiste el corazón que no estés,

que quisiera ser engañado otro año, otra eternidad,

el mañana será sin ti, el camino a otra realidad,

donde irá pesando la soledad y el cansancio de vivir.


No sé cuántas veces querré decirte adiós,

hasta que mi tiempo termine, hasta que el verso muera…

no sé quien fuiste ayer, ni que nombre tuviste

solo sé que en mi alma te llamé amor…