(A mi hija Lauri)
El tiempo con sus vueltas
te llegó a su giro diecinueve,
cultivando el sin fin de las vivencias
propias del tesoro juvenil
que se arrulla en las flores
de tiempos primaverales.
La niñez, la pubertad,
la adolescencia
quedan sepultados en baúles del recuerdo
para abrirlos en tiempo de añoranza.
Cada Agosto
es una nueva reflexión,
que coloca en la balanza
tus dichas y desdichas
archivadas en la historia personal
que hilvana con frecuencia tus acciones.
Cada año es una hoja desprendida
sin esperanza de retorno,
es una huella
que se queda para siempre
remarcada por el cristal de la experiencia.
La experiencia es una joya
que te muestra
la belleza de tus años juveniles,
relumbrantes de impulsos bien febriles
disipados por el tiempo en lontananza.
El hoy es tu día mas bello,
Sabiendo asimilar los rigores de la vida,
el mañana es la esperanza
de juntar tus días preciosos,
conservados con amor
en los capullos de orquídeas
rebosantes de ternura.
Conserva el encanto de tus años juveniles,
con la genuina paciencia
de tiempos otoñales,
que conjugan con sosiego
los momentos mas sublimes,
en tiempos de tempestad,
rendidos
por la pericia avasallante
de conquistar felicidad.