Jamás te detengas,
jamás dejes de soñar.
No permitas que la duda
domine tu espíritu.
Vive cada día al máximo
dando siempre lo mejor de ti.
No te pido que hagas locuras,
solamente entregate en
todo aquello en lo que creas.
Defiende tus ideales,
conserva tu moral.
Camina siempre hacia adelante
pero sin pisotear a nadie.
Habrá ocasiones en las que caeras.
Sin importar cuantas veces estes en el suelo,
levantate y anda.
Pues aprenderas tanto de
tus éxitos como de tus fracasos,
más aún incluso de tus fracasos;
Ya que te darás cuenta
que es precisamente el hecho
de reconocer y afrontar tus derrotas
lo que te convertirá en un hombre sabio.
No olvides jamás quien eres
ni de donde provienes.
Amate a ti mismo, ama quien eres
y a partir de ahí ama a los demás.
Pues tan cierto es que un hombre
que no valora su propia vida,
difícilmente podrá valorar la de otros.
Date cuenta en tu caminar por este mundo,
que no eres el amo de la tierra que habitas,
eres solamente su hijo.
Y como tal, cuida y respeta tu mundo.
Pues detrás de ti vendrán otros caminantes
que recorrerán estas tierras.
Vive una vida plena,
atesora cada recuerdo,
cada experiencia.
Y será así que al final de tu vida,
no tendrás nada que lamentar,
pues habrás cosechado grandes frutos
y habrás dejado semilla
que en un futuro germinará.
Y si alguna vez sientes miedo,
cierra tus ojos y habla conmigo.
Que yo siempre estaré contigo,
bastará que pienses en mi
para aliviar tu alma agobiada.
Buena suerte, hijo mío.