Del Maestro al cada alumno un ordenador

Qué fácil era todo
a pesar de los tiempos que corrían.
El maestro que se identificaba
con lo que la palabra significa
(afán por ilustrar; ser referencia,
preceptor amistoso que motiva)
nos enseñaba a leer y a escribir,
fundamentos de la pedagogía;
también las cuatro reglas
y el pálpito que anima
a superar el áspero aprender.
(lo que hoy llama el gestor especialista
con rotunda certeza las competencias básicas
creyendo que el esdrújulo complemento prestigia
el duro aprendizaje que solo se define
por ser dura labor pero a la vez sencilla.
Nunca el aprendizaje fue ocupación graciosa
ni lúdico ni alegre quehacer de algarabías.)
Luego con labia fácil nos llenaba
de contenidos esos viejos odres
que habíamos hecho nuestros para siempre:
triángulos y círculos cuadrados y teoremas
y hasta ecuaciones de segundo grado;
los gobiernos del mundo y sus genealogías
y las revoluciones francesa y bolchevique…
Y nos sumía en la naturaleza
cuando nos explicaba cómo ser ciudadanos
del reino vegetal y del reino animal.
Leyendas de odiseas que nos hicieron hombres
y eneidas de romanos que fundan lo que somos
eran lecturas que nos comprendían
y que nos ayudaban a mejor comprendernos.
Y todas las historias en sus literaturas
regaban nuestras almas.
Y todos los latines en francés o en inglés
o en cualquier otra lengua
descubrían los otros que no eran
sino nosotros mismos.
No la Educación Física ni la Educación Plástica,
que ni Apolo bendito en su divinidad
sabe que significan tales sintagmas fatuos,
sino el Dibujo ingenuo y la noble Gimnasia
(en el antiguo griego gymnós era ‘desnudo’
y porque los atletas así participaban
en las competiciones se nombrará al conjunto
de sus habilidades con tan bella palabra)
además de la Música que a las Musas debemos
(Se distingue la música de todas las demás artes ya que no es copia del fenómeno en sí,
sino copia directa de la voluntad misma,
como dice muy bien don Arthur Schopenhauer)
se daban por la tarde: eran lenguaje propio
de estéticas sentidas y de los sentimientos
y había que alejarlas de razones abstractas
por bien de las razones y por la autonomía
de cuerpos y de mentes que se complementaban.
(Mens sana dice la copla
in corpore de lo mismo)
Antes el 1 era una nota muy mala
y el 10 por el contrario una nota muy buena.
Para la mayoría el 5, ya sabéis,
era el que dominaba junto al cuatro y el seis.
Ni traumas ni sandeces. A los que no llegaban
bajo la mala nota se ponía una nota:
“El problema señora es de gandulería
ya sabe en consecuencia lo que tiene que hacer”.
Digo lo de señora que ahí no hay cambio alguno,
pues antes como hoy eran las dulces madres
las que se preocupaban de sus dulces retoños.
Y de pronto
una secta de entendidos
engendra una Ley que llaman
de Reforma Educativa:
El constructivismo se hizo
genuino papanatismo
y la enseñanza pasó
a Mayor Gloria de Dios
Vinieron esas ESOS esas ESPOS
detrás de aquella LOGSE tenebrosa
que todo lo anegó de barbarismos
atroces que lavaron los cerebros
(por no decir que los aniquilaron)
de madres-padres, alumnos-alumnas
y también de maestros y maestras:
APA. ¡No! AMPA, PCP
siglas de la verborrea
que marchosos y sabios pedagogos
nos dieron como tablas a Moisés
Mas no nos dieron diez que nos dieron diez mil
absurdos mandamientos con los que confundir.
Y el brutal maremágnum de términos sin fin
redujo la enseñanza a oficio borreguil:
ACIS, PETÉS, peteneras,
Diseño Curricular,
Diversificación diversa,
Interdisciplinariedad,
Etapas Educativas
y Plan de Acción Tutorial,
Programas Educativos
de Garantía Social,
valores valorativos,
sutil transversalidad.
Seguía la esquizofrenia
dando tumbos sin cesar: Contenidos conceptuales.
¡Qué la Virgen nos proteja!
Pues los procedimentales
pueden hacer la puñeta
a los actitudinales.
Nada de unos ni dieces ni de cuatros ni cincos,
ni aprobados, suspensos o de sobresalientes.
¡Trauma, trauma, anatema! Aquí nadie suspende
mejoran o empeoran muy adecuadamente. Y llegó, dicen, el ordenador
como mago Merlín liberador.
¡Qué mentira, Dios Santo, tan feroz!
Todo acusa a MEDUSA*, proyecto que reduce
las ya precarias mentes de escolares ausentes.
Y a modo de rodillo de mágica electrónica
como ojo de Gorgona en piedras los convierte.
* Nombre que se le da en Canarias a un proyecto que tiene como objetivo llenar escuelas e institutos de ordenadores.