A nadie ,más que a ti yo puedo amar,
quizá porque mi amor y mi existencia,
dependen de tu aliento y de tu esencia,
así como los peces, de la mar.
En nadie más que en ti, podré pensar,
tal vez, porque con ciega persistencia,
evoco a cada instante tu presencia,
diciendo así tu nombre en mi soñar.
A nadie más que a ti, podré besar,
pues ya que de tus besos, con vehemencia,
me suelo desvivir y alimentar.
Y en nadie más que en ti, podré encontrar,
la causa, la razón, la azul demencia,
que tanto necesito para amar. (1998)