Ancianitos, solos, olvidados

Que poco estimamos la vida
y sobre todo la de nuestros ancianos
nuestros padres, nuestros abuelos,
los que un día nos dieron la vida.
Nuestras madres llevaron nuestro peso
durante nueve meses, nos enseñaron a caminar
nos dieron la mano cuando nos caíamos
lloraron a nuestro lado cuando algo nos sucedía
y nuestro padre traía con su trabajo el alimento
ese que nos permitía tener mas o menos.
“Una calidad de vida”
Y también de su mano recorríamos el camino.
“El camino de la vida”
Hoy ya son ancianos, y algunos sus hijos ya han olvidado que ahora ellos les necesitan
cuando ya no pueden valerse, o están solos en los hospitales
esperando con esa mirada triste como se les escapa la vida y ellos aceptándolo todo solo esperan de nosotros...
“Una mano que coja las suyas, un gesto de cariño
una palabra que les diga: estoy aquí soy tu hij@ tu niet@
“Te quiero y te querré mientras vivas”
Tan solo dos palabras y cuanto cuesta decirlas.
Digamos a nuestros ancianos cuanto les queremos
Ahora que tanto nos necesitan, un día nosotros...
También lo seremos y desearemos que nos lo digan.
“Porque ellos son nuestras raíces”
“Las raíces de nuestra vida” @>-->--