Esta historia que yo escribo, ha sido una realidad,
vivida por unos padres,
en una bella ciudad.
Había un hijo por medio,
que con su madre vivía,
con la abuela y con su perro
el niño feliz crecía,
sin conocer a su padre
Adrián a mozo llegaría.
Más un día de otoño,
a la madre le decía:
“¡Mamá, quiero ver a padre,
conocerle y abrazarle!
¡Búscale, búscale madre!"
La madre que se moría,
por el hijo de sus entrañas,
recorrió y recorrió…
más, no sirvió de nada,
como si la misma tierra,
a su ex-compañero tragara.
Un día con quince años,
un fatal enlace ocurría,
el niño Adrian moría,
destrozado en una vía.
¡Que disgusto!¡Que dolor!,
¡Que calvario! ¡Que agonía!
para la madre, y su abuela María.
El querubín de la casa
a ella jamás volvería.
La madre con valentía,
que el Cielo le devolvía,
buscó y buscó al padre
del hijo que ya yacía.
¡Al fin!, logró encontrarle,
después de pasados días,
le entrega a él una carta,
que Adrian tenía escrita,
donde el niño a su padre,
unas palabras ponía:
“Padre deseo conocerte,
te espero todos los días,
al salir de la clase,
al salir de la misa,
al llegar a mí casa,
¡Y así te espero padre!
¡Siempre, todos los días!
Madre, me habla de ti,
con cariño y alegría,
por ello pienso papá.
que alguna razón habría.
Un beso te envió padre
mi amor y mi compañía”.
El padre desconsolado llora,
también gemidos, se oían
la madre le consolaba,
y al mismo tiempo decía:
“Yo no pude hacer nada,
¡Tanto como le quería!
que mi vida yo entregué,
desde aquel hermoso día,
que supe que le albergaba,
y en mi vientre ÉL crecía”
¡Que madre! ¡Que ejemplo!,
¡Que mujer!, qué Dios le ayude en la vida,
que le corone de flores,
de amor y de alegría,
y cuando llegue la hora
la comparta con su vida,
que en el Cielo, Adrián le espera,
desde ese fatídico día.
Esta historia con cariño,
la dedicó a la familia,
que sumergida en llanto
lloran por su partida.
Y todos debemos vivir,
la vida juntos en familia,
¡Digamos, digamos en alto
¡Os quiero, os quiero!
¡Compartamos la familia!,
porque un día cualquiera…
puede llegar la agonía,
la que llama a la puerta,
¡ y no sabemos, que día!
Asun.
2/03/2009