Breve definición del amor breve

Nace y va creciendo, de a poquito. Con una mirada, con una palabra, con un pensamiento. Se instala lentamente en la posibilidad de ser. Se aferra, a pesar de todo, de todos y a veces hasta de uno mismo. Se va plasmando en largas esperas y cortos encuentros. Se transforma poco a poco de regocijo latente en necesidad inminente. En ansias urgentes, de ver, de tocar, de simplemente compartir, un momento o la vida entera, en el tiempo sin tiempo de los sueños. Nos gana el corazón casi al mismo tiempo en que perdemos la razón. de ser quién fuimos. No requiere, se impone. Va llenando cada espacio de nuestro cuerpo y mente, elevandonos sobre el mundo y nuestros miedos. Nos quita el aliento, nos da nuevas esperanzas. Nos ata sin cadenas, con rejas nos libera. Nos concede la dicha de abrazar y ser abrazados con la incomparable felicidad de amar y ser amados. Funde dos cuerpos y dos almas en una sola respiración. Invariablemente, el nuestro es el primer amor distinto, el más trascendente, apasionado y puro. Un inédito amor eterno. No alcanzan tinta ni palabras para definir la singular y sublime sensación de sabernos enamorados. Te amo, dos palabras que justifican una vida, cualquier sacrificio y desprendimiento. Está forjado de lugares comunes, de cosas simples, de tiempo uno junto al otro compartido, sin más necesidades. Nos une solo en uno, por siempre y para siempre. Cabe en la palma de la mano amada y es tán inconmensurable como Dios. Nada es más fuerte, ni siquiera la muerte. "Te amaré eternamente, más allá incluso de la muerte" Vive día a día de presencia y se extravía lentamente en la ausencia. "La eterna primavera del amor presente, de mieles abundantes y gozar simiente". "El frío abrazo del invierno cruento, de llanto y soledad del amor ausente". Se revela en cualquier momento y lugar, sin planes previos, sin premeditación, sin advertencia. Nos golpea con fuerza y nos transforma: En amos y esclavos. Generosos y avaros. Grandes y pequeños. Fuertes y débiles. Felices y desventurados. Reyes y plebeyos. Creyentes y paganos.En definitiva. Amantes y amados. El verdadero amor nunca muere, se va antes a un rincón lejano del corazón y allí se queda. Chiquito pero intacto y cada tanto regresa en un breve recuerdo para no ser olvidado. Siempre le basta una sola oportunidad para retornar. Solo tiene memoria de aquellos momentos felices. "Cuando tomados de la mano, te miraba a los ojos, te acariciaba, te besaba dulcemente y gritaba, sin importar que pasara la gente ¡Te amo!" Cursi,sí. Trillado sí, pero romántico. Quién pudiera ser cursi y trillado para toda la vida. Quién pudiera ser romántico por siempre. Quién pudiera amar, para toda la vida y ser amado por siempre. Amores de infinitas formas y colores, todos distintos, todos iguales. Nos tornan en poetas soñadores, sin más armas que una flor entre las manos. Y aunque séan de otro amor versos robados,suenan distintas en nuestras bocas, las mismas palabras. Se nutre de frases livianas y silencios cargados de significado. Así, nos aman y amamos, sintiendo que por ése bienamado respiramos. Con la permanente necesidad de ser necesitados. Con la firme convicción de ser por siempre amados. Y la secreta incertidumbre de dejar de serlo. Complejo y simple, a la vez. Con tantas peleas como reconciliaciones, y tantas tormentas, como necesarios remansos. Así son las cosas en el amor. Breve, cuando solo dura lo que dura una vida. (Año 1976. Mi primer frase de amor para Nora, mi esposa:"Así como ésta flor, nació, creció y se transformó en una hermosa realidad, que nuestro amor que nació y está creciendo llegue a ser la más hermosa realidad de nuestras vidas" Hoy año 2015, treinta y nueve años después. Podría escribir:" Nuestro amor nació, creció y verdaderamente se transformó en la más hermosa realidad de nuestras vidas"