Crujen las ramas del árbol al viento
refugio de mariposas de matices
diversos, mientras él por sus raíces
muere en el mismo lugar, sediento.
Él alberga a todo muy contento
en su abrigo todo corean felices,
arriba palomas, abajo codornices,
cada cual disfruta del momento.
El árbol reclama sus hojas muertas,
como yo clamo a mi tierra desiertas
la rosa sobre el cofre del olvido,
donde mueren en hojas mis versos
que a merced del viento dispersos,
sin firma ni nombre. Es prohibido.
Autor: Alcibíades Noceda Medina