Te amaré mientras viva sin tardanza,
te amaré con profunda consistencia.
Te amaré, mi Señor, con la conciencia
del que sabe vivir de la esperanza.
Te amaré sin ambages ni mudanza.
Te amaré con ternura y transparencia.
Te amaré, mi Señor, con la insistencia
de quien quiere alcanzarte y no te alcanza.
Una línea poética navega
paralela al amor de donde nace,
musical y perfecta y silenciosa.
Es el alma, Señor, que se te entrega
exhalando suspiros como lo hace
a los rayos del sol la bella rosa.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC