Tu poema al caer la noche

I
Tu tacto, tus poemas al caer la noche,
el rocío de tus labios inundando mis pensamientos.
El ruido del vaso derramado en la alfombra,
el olor a perfume fresco socavando la tierra.
Tus historias arrancadas de la biblioteca,
cuando narras bajo el calor de la chimenea.
Tus besos airados por mi cuello,
tus manos enredadas en mi cabello.
Tus ojos verdes anocheciendo en la playa
junto a la húmeda orilla que grita su ira
al reflejarse en el firmamento.
tus anhelados abrazos, socorriendo mis miedos. II
Viajo a la distancia de una lágrima
bajo la sospecha de una llamarada de estrellas,
junto al camino que mis pies pisan
sin manchar la suela de mis zapatos.
Con la misma alegría del que vuela
y la misma tristeza de quien ríe,
y en cada descanso no dejo de mirar al cielo
a la espera de respuestas. (A)
No busco y espero nada
porque cada cosa guarda
en su esencia, el tiempo justo
y en su espacio, su morada. (B)
Anhelo el color que te viste,
esa fragancia dormida en tus manos
cuando al caer el velo del tardío
acaricias con la estela del viento
el cuerpo que aun es tuyo. I En las noches más negras
me encuentro mirando al cielo
buscando tus ojos
entre las luces del firmamento,
y me tumbo en la cama
observo firmemente el techo
y dibujo cual rostro
sea el reflejo del sueño.
Y en un trozo de papel
forjo con el aliento
los olvidos que tropiezan
en el tiempo
como gotas de lluvia que riegan
y reciclan
los poemas al caer la noche. IV
La primavera ciñe el holocausto,
los ojos cerrados, la letra difunta,
la ira triste que produce el llanto,
la muerte que condena la cama,
la arrogancia disfrazada de pena,
el viento derrochando su aliento
al precipicio de las lágrimas.
La primavera en un trozo de papel
dibujando la silueta de un poema
a la vera de un roble a lo alto
de una inmensa colina
y al fondo el “versus” mar
ponteando el destello del cielo
y reflejando al cristal,
que mira al firmamento. (A)
Diseño las grutas que hay en mi alma
convirtiendo mis ojos en cascadas.
Viajo hacía mis adentros
junto al epicentro de mis huesos
diseñando unos nuevos sentimientos
con los ojos bien abiertos.