Pintando tu rostro en mi mente
me encontré una tarde,
y conmigo mismo me enfrente
por el verdadero color de tus ojos,
eran verdes en días nublados
color miel en días soleados.
Mis sentidos se despiertan
al recordar tus hermosas manos,
las caricias que me dieron
aun recorren mi cuerpo entero,
eran suaves como la seda
tan femeninas así eran.
Tus labios despertaban mis ansías
de querer tomarte toda,
labios ardientes y de hablar calmado,
capaz de calmar mi ira con solo una palabra,
así eran tus labios.
Tratando de plasmar en mi mente
como eras toda,
recordé tu sonrisa hermosa
tu cuerpo de Diosa,tu entrega total,
tan hermosa, tan sensual.