DISCRESIÓN

DISCRESIÓN

Nunca sabremos a quién perteneció esa voz de vagos resplandores, que viaja en  lasnoches,  y apenas floreció con virginal acento, mas…luego se extinguió. Era  el lánguido pañuelo que flotaba en la llanura. Un milagro apenas en la muerte del ocaso. ¿A dónde va esa voz que se extingue y no deja de pasar? Nunca sabremos el porqué de esos suspiros, ni los laureles ocultos en sus fuegos…apenas se insinúan sus quejas y lamentos, y nadie sabrá de quién fue ese tormento, que se pierde en la discreta opacidad, en ese leño verde que enciende los recuerdos.

 ALONSO QUINTÍN