los escombros apagan gritos de auxilio,
la acera conduce a camino despavorido
a caído el ruín y el hermoso domicilio
y los montes de cemento han desaparecido.
tiembla la tierra mostrando su gran poder,
el ruido es más tenebroso en la oscuridad,
socorro, se oye en el horizonte por doquier
y la noche engendra muerte sin piedad.
los cables danzan como culebras bien despiertas,
los poste se mueven como abanicos muy cansados
la tierra se abre y se cierra diciendo alertas
y los muertos temprano tienen los rostros morados.
lo que fue ciudad, es un teatro de gritos y llanto
ancianos, adultos y niños apagan sus vidas,
paredes caídas abrigan cuerpos cual grueso manto
y ya no hay casas, calles, parques ni avenidas.
la gente sale disparada como flechas sin meta,
la niebla de polvo, ahoga el recordado credo
y las súplicas se disipan como agua por cuneta
cuando en el cataclismo, todo, todo es un enredo.
el cielo cual cófre, guarda valiosas almas
la vida que sigue, arrastra pasos cansinos
a los inocentes... Dios los tiene en sus palmas
y sin ellos son tristes nuestros destinos.
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dedicado a mis hermanos peruanos que vivieron y
sufriendo estan por el terremoto.
Mucho gusto "pordiosero", aunque el nombre de autor no se compara en nada al gesto que has tenido aqui para escribir una noble poesia como esta, mas que nada el pequeño homenaje a nuestros hermanos del sur que tanto han perdido y sufrido, yo como peruano me he sentido tocado y me ha emocionado mucho este poema, de corazón gracias a nombre de nuestro querido país por estos versos, un abrazo. Carlos Alberto