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Categoría: Desolación

UNA NIÑA LLAMADA AMORES No.4

Insolente y real me pareció su hablar,
logro con su prosa hacerme llorar,
a pesar que en su tono existía pesar
no le restaba consuelo a su mirar.
Comprendí mi petulancia al creer
intuir su verdadero significado,
me dijo, no es quien quiere querer
si no quien queriendo todo lo ha dado.
En el atisbo de sus ojos de ave,
ojos que eternos miran con ternura,
hay algo recóndito y grave
que enhebra penas y amargura.
Prosiguió así debatiendo mi pensar,
con miradas de fuego y azafrán,
para en mi sandez aceptar y no negar,
lo que sus manos dócilmente dan.
Ella embute de holganza mi alma
y reserva para si los pesares,
es de esos seres que Dios intima
para solazar de dicha a los penantes.
Mas del cuerpo mortal aun esquivo,
mi alma en un letargo yace sepultada,
es mi ser en su abrazo esfera limitada,
de vil materia, mísero amante cautivo.
Como entender a quien aparece,
cargando a su espalda felicidad,
marcando mi camino en su piedad
y buenas nuevas cuando amanece.
Obedecer me resta a su presencia
a su mandato humilde y diáfano,
bautizando mejor mi ser profano
en acto desesperado de clemencia.
No quise ser, malogro en su camino
piedra caliza, que deja su pie herido,
sino, sendero de rosas bien querido
que cultive tenaz mi turbio destino.
Acicalar mejor sus ropas mustias
en afán de preservar su imagen bella,
que no soy digno de ver su estrella,
ni tocarla con mis manos su sucias.
Vacío, con mis canastas por llenar,
aun así, expedita codició consolar,
el daño errante que no logro dilatar,
en la marcha eterna que he de caminar
No quise vejarte con arengas banales,
ni precoz endulzarte con frase sincera,
solo ofrecerte mi alma que triste espera
y reposa dormida en afonías sepulcrales.
Y se embarro de mi rematadamente,
previendo tormentos en mis pasos,
aliviando con besos mi tosca frente,
cesando penas reunida por los años.
Mas hoy que a mí te aproximas muda,
sin odio y sin amor, sin ligadura,
retiro de mi cuerpo la armadura
para que veas como mi alma te saluda.
¿Qué puedo espíritu pensar al verte?
si en mi angustia eres esperanza,
no hay hora que no muriera inerte
si iluso no imaginaba tu tardanza.
Eres agua efímera y banal en mi aridez
caricia de luz distante en sombra íntima,
conductora intravenosa de sensatez,
remedio de un recuerdo que aun lastima.
Noto en mis pasos cómo me voy tornando
menos cierto, confuso, burdo, cotidiano,
licuándome en el aire, procreando el enfado,
a quienes el amor ensalzó con su mano.
Así he vegetado, peregrinando mi vida,
deambulando por casas que no son mías,
sin partida, sin itinerario, sin llegada,
tren del pasado que no encuentra vías.
Perdón por querer adivinar
en tus ojos mis desventuras,
cuando vienes con tu aura
a calmar mis malaventuras,
comprendo que he vivido
agreste de tus virtudes,
existido licuándome en el aire,
mas no dudes de mi anhelo
que mora en mis ansias
por ser digno de tu consuelo,
aun no halló lugar en mi alma
para apaciguar recuerdos,
ella aun es la mano cruda
que hace de mi tiempo efímero
memoria de sus sortilegios.
No le temo a la fugaz muerte
más le temo a la silente vida,
cómo le cuesta a uno morirse
cuando el alma deambula herida,
quizás apareciste sin querer,
accidentalmente sin desearlo,
ya que no habitaba en mi
síntoma de amor precario;
regale en mi camino sin cesar
las ramas cansadas de mi vida
últimos delirios, semillas secas
que nunca germinaron,
esperaron en vano que la antigua
reposara sus sienes en mis manos.
No te conozco...pero se quien eres,
eres un sueño, un delirio, una ilusión...
eres como yo pensaba...el amor.
Si ofendí tu piadosa profesión
te solicito dócilmente clemencia
no imagino vivir sin tu calor
lejos de mi errante existencia,
costumbre de promesas me alumbraron
dádivas de nunca, me brindaron
previsible constancia de los meses
que mis manos húmedas jamás tocaron,
noches turbias de pasión loca
regían mis quimeras en vano
haciendo jirón de mí, deshilachado.
Después de ti, de tu figura fantasmal,
toda esperanza soñada sera poca,
quedara por siempre un hueco,
un lienzo triste, un muro perforado,
un arco roto, algo como la repulsa
de una mano calcinada, cansada,
como un trozo de madera podrida,
caeré de bruces husmeando,
rastreando unas huellas embusteras,
halando el hilo de un perfume,
que penetra el corazón por galerías,
mas que un latido insignificante
donde fluye sangre empastada.
No es posible en mi cordura
poner de nuevo en orden
tanta ruina, miseria, despojo,
glorifícame en tu regazo
para desenterrarte nuevamente
y apaciguar la desmedida pena
que mortalmente acarreo a cuestas.
Datos del Poema
  • Código: 126446
  • Fecha: 22 de Julio de 2003
  • Categoría: Desolación
  • Media: 6.31
  • Votos: 159
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1,598
  • Valoración:
Datos del Autor
Nombre: Desolado
País: PanamaSexo: Masculino
Fecha de alta: 11 de Diciembre de 2006
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