Cuando la noche sombría llega
y el silencio deja su eco espandir.
Cuando el susurro te habla muy adentro
y su voz no quiere callar.
Cuando el canto implora sus versos
y entra donde nadie puede entrar.
Entonces, deja que la melodía envolvente,
siga sus riendas, siga su misión.
No la detengas, no la señales, no la encierres.
Deja que actúe, deja que se imponga.
Es el impulso, es el sentido, es la intuición,
es quien maneja tu alma y tu razón.
Si de veras te encuentras con ésa emoción
y le permites entre y te mueva el corazón,
habrás logrado lo que muchos, por años y años,
se han negado a vivir por cobardía y poco valor.
Ah, pero no te preocupes,
aún hay tiempo de romper con el pasado
y si no te importa
y te sientes desencadenado, anímate,
corre, vuela y salta que yo siempre, estaré a tu lado.