Tus manos,¡ oh madre mia!,
están ahora en la memoria mia,
junto a se frio dia de primavera cuando hasta el tibio sol el cielo escondia, congelando la sonrisa a los tiernos capullos,
que los manzanos en flores,
de blanco manto al valle cubrian con sus colores.
Todo parecía compartir la agonía, que mi corazón sentía en aquel día,
que desde el mundanal ruido, al silencio eterno del sepulcro,
yo te acompañe por ultima vez en tu vida.
Ahora, tan solo recuerdo
tus manos,¡oh madre mia! inmaginando
que cada día ,tu me acaricia desde tu lejanía.
Parece que nuestros destinos
se repiten en esta vida, madre mía, porque yo, como tu, tan solo puedo acariciar los retratos, de mis seres amados, que muy lejos están de mi lado.
Como estoy segura,
tu lo hiciste conmigo por casi una vida entera, tan solo, mirar mi retrato que a tu vista me tenia a cada rato.
Descansa en paz, oh madre mía, pero junta tus manos a las mias y dame la fuerza, para no sucumbir
a la tristeza y la melancolía,
ayúdame, a soportar la soledad, que el destino, parece darme por compañia, no te alejes de mi lado, ¡oh madre mía!.