Si me niegas, me olvidas o aborreces,
y divulgas no haberme conocido,
es sintoma fingido de un olvido,
que tratas de sentir algunas veces.
Si al sentir mi recuerdo te estremeces,
y te surge un temor indefinido,
es el fino calor de tu latido,
pensando en mi pasión, si me tuvieses.
Tan distantes se encuentran nuestras vidas,
y lejanas también nuestras miradas,
que te cuesta creer que no me olvidas.
Y las manos, quedaron distanciadas,
conservando caricias aún dormidas,
que de pronto vuelven encantadas. (2007)