GENTE BUENA BUENA GENTE

Buena gente.
Gente Buena.
Gente que hicieron sentirme persona
trabajando a su vera.
Yo que llegué creyéndome
un saltimbanqui de feria,
junto a ellos y día a día descubría
que algo más en mí había.
Y que ello era, dignidad
y un poquito de fantasía.
Ahora ya pasado el tiempo,
los encuentro y los bendigo
a tan buenos compañeros.
Y nos tratamos mutuamente
como si de siempre,
hubiéramos sido,
muy buenos y entrañables amigos.
En cambio del psicópata Ordenanza,
y de la escabrosa Ortiguilla
y demás engendros cazamoscas,
tan sólo deseo que una mañana
en la prensa sus esquelas
allí queden reseñadas.
Y me anuncien que ya murieron
gente tan mala y perversa
que como alimañas vivieron
acechando siempre a la presa
del frágil e inocente corderillo
y también a la gacela.
Y si como dicen que en los cielos
allí se encuentran las almas,
es mi deseo,
en los cielos no encontrarlas.
Sí en cambio a los del Rancho
que me dieron dignidad y calma
para rehacer mi vida
cuando ya la creía acabada.
Que las huestes del Ordenanza
y el propio Ordenaza mismo,
son apestosa basura
que infectan a lo que alcanzan.
En el Rancho la gente buena
es de lo que más abunda.
Y por ello hoy yo quiero
darle curso a esta misiva.
Para que sepa el mundo entero
de mi alma agradecida.
P.D.
Tan sólo en el Rancho había
al igual que en el Edén, una mala bicha.
Para mí que era la Mamba Negra
por su veneno y lascivia.
Siempre anduvo tras de mí
con las fauces goteando su veneno.
Y yo por ello sufría
lo mismo que el prisionero
que está sentenciado a morir
y la fecha no se la dieron.