En aquel parque

caminando por aquel parque grís
me abrigo con tus recuerdos
y mientras las flores conversan con la lluvia
el ocaso del día
repite a mi corazón
que en todos sus rincones
fuí muy felíz
por sus callejuelas
nuestras zuelas barrían
la hojarasca de otoño,
la brisa llevaba nuestro idilio
hacia el infinito
donde tus manos y las mias
recataban nidos de amor
haciendo que nuestra dicha
contagie en todos
una sublíme sonrisa
despues la sequía
amaneció en tu corazón
tu martirio
maltrató mi pasión
haciendo que sea mi vida
una maloliente
flor sin retoño,
ahora,... en el parque
camino sin horizonte y sin razón
todo lo que fue bonito
se me hizo una herida
y perplejo en mi agonía
mi amor no te olvida
aquel viejo banco del parque
que fue testigo de nuestro amor
que fue eco de nuestras palabras
se apolílla de dolor
perdiendo su color,
y desde entonces,
el parque,
alberga mi triste soledad
donde tu recuerdo
me ataca sin piedad
y me abre una herida
que jamas podra cerrar.