Ni oferta ni demanda...

Puede que lo que me dañe sea
el eco de mi propio pensamiento
atrapado entre las sábanas,
no hay una sola razón
para levantarse de la cama,
o sea que es así,así es como se llega
al abandono total
de toda facultad
que me una a la raza humana...
Hay heridas en mis nudillos,
falta de nicotina y ansiedad,
bipolaridad en cada emoción,
ningún motivo,no,
ningún motivo para abandonar
la habitación hoy. Oh sí,me encantaría escribir
sobre paisajes sublimes
y cielos de algodón
con soles de oro
y lunas plateadas
meciéndose en un lecho negro
de infinitos ojos brillantes...
oh sí,me encantaría,
pero el asco me invade,
detesto esta mente destructiva,
detesto el análisis continuo
hacia mis propios actos,
no sé por qué me empeño
en seguir ejerciendo
un esfuerzo tan arduo
como inútil.
En su mayor parte,
la decisión y culpa
de bañarme en estados de ánimo
mentalmente poco saludables,
es solo mía,una menor parte
se lo debo a un mundo deprimente
y eso que ya conoces.
Oh sí,por qué no,me gustaría escribir
sobre amor y besos de miel
en tu piel tejida
con alas robadas
a los ángeles
y hacer que tus gemidos
despierten de su letargo
a los dioses...
oh sí,eso me gustaría,
pero ni tu culo está aquí en mi cama
ni yo gasto energía en buscar
lo que un día perdí
o un día gané,
según el punto de vista...
No es cuestión de magia,
es cuestión de capacidad
de adaptación,
algo de lo que quizás
carezco.
Emigra un sueño cada tarde
para no retornar jamás,
un trozo de mí se disuelve
y me quedo inmóvil,
solo quiero esperar,
no sé qué con exactitud,
pero lo único que me apetece
es esperar,esperar que algo cambie
por sí solo,como sí el milagro
fuese a romper el techo
arrastrándome con él
a lo más profundo
de una felicidad inerte...