Navegando tu cuerpo bajo el sol,
tu piel tersa y fuerte como la seda,
tus labios son suaves como;
también lo son tus pechos ardientes,
pero duros como rocas que,
cuando mis dedos los rozan,
tu corazón acelera su palpitar.
Yo perdido en tu dulce mirada,
profunda de esos bellos y
grandes ojos de color castaño,
siento como me miras y
sonríes dejando en tus labios,
una bonita sonrisa que tu cara,
hace cambiar tus facciones.
Dejando sobre tu cara,
una bella estampa muy parecida,
a las más bella flor reflejada,
en tu rostro cuan blanca orquídea,
inmaculada de amor y
que deja entre abrir sus pétalos,
ante mis ojos y al cielo.
Te reclino sobre la cama dejando,
caer suavemente tu hermoso cuerpo,
sobre mis brazos dejas descansar,
tan bella escultura jamás soñada,
por mi, poder dar el placer a mis ojos,
que puedan contemplar tan,
maravilloso paisaje placer,
de admiración para mi cristalino.