Mi vida transcurrió siempre adentro,
con el tiempo me di cuenta que fue así,
en mi nunca hubo ningún frenesí,
siempre disipe el mió pensando en otro.
Hasta que mire unos ojos encantadores.
Mi entorno y mis amigos me dicen;
estás enamorado, dije; no dramaticen,
solo llego una luz en mí con esplendores.
Para mí, es luz del cielo en plena gloria,
a pesar que tuve todo, de eso soy consciente,
en esta criatura siento algo diferente.
Ahora día a día rezo al Creador plegaria,
que cuando termine mi paso mortal,
encontrarla nuevamente, en el divino portal.