Sin querer,
Vuelvo a encontrarme en el silencio de mi recuerdo,
En un pasado angustiado,
En una soledad que se empeña en abrazarme,
Y no alejarse jamás de mi vida,
Como si yo fuese su compañero de aventuras,
Como si no tuviese nadie más en quien cebarse,
Como si mi corazón fuese de piedra,
Y no se da cuenta,
Que soy frágil como el viento,
Triste como la lluvia,
Y sensible como el llanto de un recién nacido.
Sus golpes me han ido haciendo fuerte,
Impasible al dolor,
Ausente ante la nostalgia,
Y si lloro... ya no es por mí,
Sino por la tristeza que puedo ver de aquellos que me rodean,
Que me quieren,
Que me necesitan.
Sin querer,
Vuelvo a ser poeta,
Poeta de tristes versos,
Aunque la mayoría de ellos,
Estén escritos para la mujer que me ha robado el corazón,
Y me ha devuelto la sonrisa a los labios...